jueves, 22 de enero de 2009

El Mito Deconstruido: la obra de Alan Moore


(Post dedicado a mi amigo Hank Chinaski, aka Dr. Coloso, aka D.C., aka Diegong) 

  A finales del siglo pasado y principios de éste, los cinéfilos y entusiastas de los comics presenciamos un furor hollywoodense, desatado en cadena, por las películas de superhéroes. Este proceso, mismo que comenzó con buenos films como el Batman de Tim Burton (1989) y llevó a cosas tan desastrozas como el Spider-Man de Sam Raimi (2002), tuvo como tónica general la visión completamente caricaturesca del mito del superhéroe, desde el aceptablemente logrado Joker de Jack Nicholson hasta los insoportablemente vacíos Hulk y Daredevil. Algunos films fueron buenos, otros rotundamente malos; pero todos ellos eran la idea naive del superhéroe, la idea infantil, la idea de la serie animada. 

   Todos escuchamos esos títulos, todo mundo esperaba ansioso ver más mutantes en la pantalla grande cuando, sin previo aviso, aparecieron obras como From Hell (Hermanos Hughes, 2001). Había, al parecer, un nuevo grupo interesado en llevar al celuloide otro tipo de obras que se habían mantenido olvidadas en la imaginería del mainstream, no del comic, no de la tira del periódico. El mundo de la novela gráfica. From Hell resultó no ser un gran logro, pero estaba abriendo paso para que otros títulos impactaran el mundo del cine de manera irrevocable, el resto ya lo conocemos: Sin City, 300, 30 days of night, V for Vendetta, The league of extraordinary gentlemen, Batman Begins y The Dark Knight, en manos de directores de la talla de Zack Snyder, Robert Rodríguez y Chris Nolan (cuyo principal mérito radica en haber no solo revivido, sino reinventado brillantemente, una franquicia que Hollywood había agotado, con fiascos como Batman & Robin). Dentro de este fascinante mundo de la novela gráfica, hay tres nombres que deben ser mencionados con todo honor: Will Eisner, Frank Miller y Alan Moore. Fueron ellos, particularmente Miller y Moore, quienes destruyeron la idea del superhéroe como propio de la mentalidad infantil y lo elevaron a figura literaria.

   Alan Moore (Northampton, 1953) es la mente maestra detrás de muchos de los nuevos personajes, fascinantes todos, que podemos ver hoy en día. Durante su estancia en D.C. Comics y otras firmas, y en colaboración con dibujantes del tamaño de Dave Gibbons y David Lloyd, Moore logró darle un giro de 180 grados a la ficción de la tira cómica. Fue a través de sus guiones visionarios que nuevas historias, mucho más maduras, obscuras y sin tener a los niños como primary target pudieron materializarse; es gracias a su experto artificio literario que personajes que en los 80's parecían perdidos y acartonados pudieron encontrar su lado humano, su lado confrontado con la realidad, su psicología en un mundo desesperado. Alan Moore, junto con los antes mencionados escritores y dibujantes, nos mostraron a los hombres detrás de la máscara. 

   A comienzos de su obra madura, se encuentra V for Vendetta (1982-1988), en la que Moore explora con toda profundidad la idea de la idea, de un personaje que no tiene nada de excepcional salvo su obsesión con la Venganza y lo que él considera justo. Alan Moore crea en esta obra un mundo distópico muy al estilo de 1984, frío y sometido a un estado-policía, como marco para este personaje V, pensador y terrorista de la anarquía; que llevará sus planes hasta la última consecuencia sin escrúpulos en el camino. Sumamente obscura y nihilista, en V for Vendetta Moore explora por primera vez la posibilidad del símbolo como recurso literario, inspirado en la obra de William S. Burroughs. La letra V, o número romano 5, aparece constantemente tanto en los díalogos y títulos como en la imaginería, esculpiendo una trama que alcanza en sus puntos límite la calidad de poética. Los diálogos de V están escritos principalmente en Pentámetro Yámbico, un tipo de verso de 5 pies que no tiene rima. Queda patente en esta obra la sólida formación de Alan Moore como literato y filósofo, incorporando en la trama el pensamiento de los autores mencionados por V, de manera tan fina que atraviesa inmediatamente la barrera de lo meramente ilusorio. En esta historia nos enfrentamos a personajes de un realismo nunca antes logrado en el género, de una profundidad psicológica tan vasta (y a veces tan aterradora e insana) que perdemos a ratos la noción de estar leyendo un comic. Moore trata con toda prominencia los temas de las relaciones de poder, del fascismo vs anarquía y del conflicto de identidad. Para enfatizar esto, Moore nunca cuenta con claridad la historia de su protagonista, todo lo que sabemos de él es visto a través de la percepción de personajes secundarios; dejando un personaje ambigüo que queda completamente a criterio del lector: ¿V es un héroe, villano, loco o psicópata?. V for Vendetta fue adaptada a un film por James McTeigue en 2004 y, aunque la trama está alterada, alcanzó inmediatamente el estado de película de culto. 

   Continuando con su obra, todos aquellos que amaron The Dark Knight (Chris Nolan, 2008), deben saber que le debe muchísimo a Alan Moore. Aunque el contexto general está basado en el The Dark Knight Returns de Frank Miller y otros títulos como Year One y The Long Halloween, fue él quien creó la idea del personaje que tan brillantemente ejecutaría Heath Ledger. Es en The Killing Joke (1988) que Moore desmenuza completamente al Joker, mostrándonos a un personaje que desea apasionadamente ser entendido, dentro y fuera del comic. Esta obra tiene como objetivo principal plantar un espejo frente a Batman, nos demuestra por primera vez que su archienemigo, el payaso príncipe del crimen, no es otra cosa más que su fuerza contraria; como lo expresa el personaje de Heath Ledger: "an unstoppable force meeting an immovable object". Un mal día es lo que unía a ambos personajes, un mal día que era ese pequeño empujoncito hacia la locura. Ese mal día es lo que separa al caricaturesco Michael Keaton y el homoerótico e insufrible George Clooney de Christian Bale. Gracias a The Killing Joke, entre otros, los personajes de Batman alcanzaron el profundo y obscuro realismo que se merecían. Y como olvidar ese cuadro legendario en que Batman, después de años de lucha, se ríe de un chiste del Joker. Impresionante. Dos lunáticos estaban en un asilo...

   Para terminar, la obra maestra de Alan Moore, lectura indispensable, pieza seminal del género: Watchmen (1986-1987); que figura en la lista de las 100 mejores novelas en inglés del siglo XX publicada por la revista Time. Es en ésta novela gráfica que Moore deconstruye por completo el mito del superhéroe, poniendo en conflicto tanto lo superlativo como lo heróico. Bellísimamente ilustrada por Dave Gibbons, Watchmen representa un parteaguas no solo en el mundo del comic, sino en el mundo de la literatura. La idea principal de Moore era investigar como serían estos personajes confrontados con un mundo real, un mundo lleno de ansiedades, una historia alterna en el que la tierra está al borde de un desastre nuclear. Continuando con el uso del símbolo que comenzara en V for Vendetta, Moore logra en esta obra fundirlo completamente con el significado; valiéndose de Smileys manchados de sangre y demás representaciones de la inocencia corrompida. En Watchmen figuran una serie de "superhéroes" originales, interesantísimos, que logran fundirse en la cotidianeidad, lo político, lo macroeconómico y la guerra fría, en su búsqueda por aclarar un misterio que poco a poco va cobrando la vida de los enmascarados. Moore ahonda en la psicología de sus personajes, a veces de una inteligencia admirable y otras veces aberrantemente caóticas; fundiendo su trama con historias alternas, comics dentro del comic, y documentos al final de cada capítulo en los que construye un fondo temático mucho más sólido y plausible. Watchmen nos sumerge en planteamientos morales dignos de ser abarcados por cualquier gran filósofo, situaciones dramáticas que dejan a los personajes al desnudo piscológicamente, arrastrándolos lentamente hacia una incertidumbre de la que puede pender el destino de la humanidad. Esta pieza nos presenta, sencillamente, una visión del mundo de los superhéroes alejadísima de la visión que el público general tiene del mismo. Intrigante y culta, Watchmen es una novela que debería ser lectura obligatoria para cualquier estudioso de las bellas letras. 

Si el mundo fuera justo, Alan Moore estaría en los estantes de las librerías donde en este momento está Dan Brown. 

  Epílogo: Watchmen es ahora una película dirigida por Zack Snyder (300, Dawn of the Dead) que se estrenará en Marzo de este año. La espero ansisamente, espero que Snyder haya aplicado para esta obra la misma visión e ingenio que demostró con los espartanos de Frank Miller; pues como cualquiera que haya leído a Moore sabrá, sus historias no son nada fáciles de realizar. Espero que le hagan justicia a Watchmen y todos puedan compartir la genialidad de éste brillante escritor que ha impactado el mundo de los comics y la literatura como hace mucho nadie lo hacía. (Sí, mi post fue increíblemente geek, pero espero que ud. apreciable lector haya disfrutado leerlo tanto como yo disfruté escribirlo)

Bien por el buen arte y los buenos artistas. Keep 'em coming. 

No hay comentarios: