martes, 2 de diciembre de 2008

Arquintenciones: Red para Figurar (Parte VII)

TOPOGRAFÍA ARQUITECTÓNICA
Crítica, Ilusiones y Desilusiones

Desarrollo Conecptual para el Centro TeleGenio, Arq. Enrique Cedillo Navarro (aka Dr. Acula), 2007.

   Un panorama arquitectónico tan vasto como el del siglo XX nos demuestra la intrínseca relación entre el que hacer del arquitecto y el mundo ideológico que a su producción rodea. Ante una era marcada por la guerra, la disparidad, las revoluciones sociales e ideológicas, el progreso y la tecnificación, la mercadotecnia y el mundo de las imágenes; solo cabe mencionar que el resultado productivo no puede ser juzgado por la óptica de una sola postura unilateral. Estamos hablando de un siglo que vió el Hyperclasicismo de Albert Speer junto con el Learning from Las Vegas de Robert Venturi.  Al existir tal variedad de manifestaciones culturales, el expectador no tiene más opción que adopar una postura extrínseca, me atrevería a decir irónica: desligada de todo, sin cánones bajo los cuales juzgar tal o cual situación, evitando a toda costa tomar partido en algo y al mismo tiempo conservando el espíritu pragmático intacto, bajo el cual todo es desmedidamente reprobable y al mismo tiempo, paradójicamente, admirable y legítimo.
 
   El día de hoy los asuntos relevantes del pasado parecen no tener la menor importancia. Ni la sed reconstructiva y ordenadora de postguerra, ni los movimientos beat del nuevo mundo, ni el furor capitalista y la cultura pop. Sencillamente nos burlamos de todo. ¿Cómo podemos entonces criticar arquitecturas surgidas bajo éste marco quasi-nihilista, si las bases que las generaron son consideradas absurdas 5 años después y su visión a futuro es demasiado vacía, demasiado literal?

   Si hojeamos cualquier almanaque de arquitectura contemporánea mundial, nos encontraremos con las manifestaciones más dispares y contrarias, que dentro de su indiscutible contemporaneidad parecen destruirse entre sí y al mismo tiempo negarse a sí mismas. Desde los revivals del clasicismo hasta planteamientos virtuales sin mayor pretensión más allá de la pantalla de una computadora, desde los más aferrados vernaculismos hasta derroches desmedidos de tecnología global. Todos siendo concebidos el mismo día, del mismo mes del mismo año.
Sin embargo, seguimos comportándonos como una gran masa, pero las reglas de ésta no están bien definidas en el momento cúspide de una época, su rumbo no es claro y parece no haber una verdadera proyección hacia el futuro con bases sustentables. Nuestra crítica se convierte en en una situación, una eventualidad, es algo tan pasajero como los edificios mismos, una necesidad casi excluiva de la Industria Inmobiliaria.

   La tarea de la crítica arquitectónica hoy debe ser poner orden en un mar caótico, intentar definir un rumbo claro a seguir. Tal vez entonces podamos encaminarnos hacia una arquitectura que no se base en ilusiones y desilusiones, una arquitectura del futuro, que sirva y sea servida, que deje de manifestarse como monstruo surrealista en un mundo que no le corresponde y al que no le importan un comino. Necesitamos un mundo al que los edificios puedan entender.  

  


No hay comentarios: