martes, 6 de mayo de 2008

Pensando como Pensar.

¿Alguna vez han escuchado la frase tran trillada: "Hoy en día nadie piensa"?
Seguro que sí. El mismísimo Heidegger lo dijo alguna vez. Yo sin embargo no considero tal afirmación del todo cierta...empezemos por considerar ¿qué es pensar?
Pensar viene del latín pendere...pender, pesar, discernir. Y es algo que nos es inherente, "no pensar" es virtualmente imposible. Tal vez lo que deberíamos preguntarnos es ¿cómo es posible lograr una metodología de pensamiento adecuada en la época de la hiperrealidad?

Citando a Baudrillard, vivimos hoy en el éxtasis de la comunicación. La representación de las ideas, su simulación, es impuesta ante la realidad de la cosa. Es decir, en ésta inmensa autopista de información la descripción del hecho precede al hecho mismo... es como si, en vez de pensar a la realidad, la realidad nos pensara a nosotros. Creo yo que es por ésto el fenómeno "nadie piensa". No es que no pensemos, sino que nuestro pensamiento se ha vuelto imbécil (imbécil viene del latín baculus, bastón. Un imbécil es aquél que necesita un bastón para caminar). Y el pensamiento en general hoy de-pende en una generalidad de muchos bastones simbólicos. El reto, hoy en día, es pensar como pensar, encontrar la esperanza que en las ideas es implícita; libres del condicionamiento comunicativo. Pero antes de brincar a cualquier conclusión, me remontaré un poco al pasado:

Kant, hace ya un par de siglos, nos habló del noúmeno, la cosa en sí, que era para el incognoscible e inabarcable para el hombre (La cosa en sí es un concepto que se refiere a todo aquello que no puede ser inferido por una intuición sensible, que no tiene una representación natural ó tangible, y que puede ser abarcado sólo por lo intelectual ó suprasensible), mientras que sólo podía conocerse lo fenómenico, lo medible, lo sensible. Los kantianos y racionalistas más estrictos pensaban que el hombre, al no estar dotado de una cierta intuición metafísica, no podía integrar lo noumenal al mundo del conocimiento. Ésto, cabe mencionar, tuvo muchas críticas en contra, particularmente de Hegel y los idealistas alemanes (sí era posible integrar lo noumenal al conocimiento pues, por la simple razón de hablar sobre ello y sus implicaciones, implica que estamos de algún modo en contacto con ello, inferencial ó intuitivamente, si bien no racionalmente).
En fin, dentro del modernismo-positivismo, aunque con algunas diferencias semánticas entre vertientes como las antes mencionada, el conocimiento se sabía limitado. El conocimiento era fronterizo, había muros de razón.

Sin embargo, en la postmodernidad, la era de la hiperrealidad, no podríamos hablar de una razón fronteriza, tendríamos que entenderla más bien como una visión fragmentaria de la realidad. Dentro de la tradición postmoderna, es imposible concebir al mundo como una sóla realidad, como una integridad, ya sea noumenal ó no. ¿A qué me refiero con ésto? Lo ilustraré con un simple ejemplo: Intenten hablar con un viene-viene de física cuántica, y seguramente no lograrán nada. Ahora bien, ésto no se debe a una falta de capacidad de entendimiento, sino a que los conceptos de la ciencia hoy tienen cada vez menos relación con la realidad de la mayoría de las personas. Es decir, el viene-viene difícilmente encontrará alguna analogía-representación ó referencia a la física cuántica en su entorno cotidiano. Estaríamos hablando de una realidad que no está pensada para él.
¿Qué pasa entonces? El mundo de la realidad se deconstruye en una infinidad de microrealidades ligadas a interpretaciones personales, cosa que provoca que la interrelación entre conceptos se vicie: el avanze tecnológico (mundo de las ideas progresivas-científicas) tiene contacto con el plano no-intelectual (mundo de las ideas consumistas-pasivas) a través de aplicaciones tecnológicas conservadoras y regresistas, que versan siempre sobre sí mismas; generando una visión acrítica y no demandante de la generalidad (es decir, ¿existe alguna diferencia substancial entre un walkman, un discman y un Ipod?).
Éste fenómeno lo podemos ver reflejado, también, de otra manera. Hoy en día, dentro de las esferas intelectuales, confluyen las más dispares corrientes del pensamiento: encontraremos a defensores apasionados del misticismo y la empatía natural (Religiones. Sería interesante estudiar también el fenómeno de las religiones de consumo que surgieron en la postmodernidad), neomodernistas promulgadores del progreso a toda costa, deconstructores, postestructuralistas, existenciales, etc. Podría estudiarse también, por ejemplo, la diea de la microhistoria en la postmodernidad para entender el concepto de lo fragmentario.

En fin, el problema, como acabamos de ver, no es que no pensemos, sino que pensamos sin intención. Hay cosas mucho muy rescatables, como la idea de esperanza en el pensamiento (no tanto en conocimiento) ó la variedad de interpretaciones que pueden convivir armonicamente en un mismo paradigma. Sin embargo, mientras no readquiramos el sentido de direccionalidad en el pensamiento (¿hacia dónde vamos?) nada de lo que encontremos tendrá la menor relevancia.Busquemos un faro de luz en medio de la obscuridad, un ideal, una meta clara que alcanzar para que entonces, todas nuestras corrientes de pensamiento, puedan enfocarse en algo claro y conciso; debemos dejar de una vez por todas de ser redundantes. Sigamos pensando, pensemos eternamente... emprendamos la marcha hacia lo desconocido. Pues, si no lo hacemos, jamás seremos libres.
La verdadera libertad radica en el conocimiento, en saber tomar la decisión adecuada. Pero para conocer, hay que pensar... Seremos libres e ilustrados en la medida en que combatamos nuestras incapacidades, en la medida en que renunciemos a nuestra condición de imbéciles.

Me despido con el gran consejo que nos legó Kant: "Sapere Aude"...¡Atrevámonos a Saber!


2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, me he dado a la tarea de empezar a leer tu blog. Debo reconocer que tienes un blog muy interesante y luego luego se nota que eres una persona de amplia cultura no sólo en tu campo - que es la arquitectura - si no en otras disciplinas; como la filosofía. Es difícil encontrar a una persona que le guste y conozca. Pero bueno, pasando a tu entrada. Es bastante interesante y acertado lo que escribes, desde luego que no conozco mucho sobre lo que tu hablas, pero quisiera añadir un poco sobre lo que poquito que yo se.

Según lo poco que he estudiado de Hegel, su "método" (lo pongo entre comillas no para quitarle fuerza ni demeritarlo, si no porqué no sé si sea el concepto o palabra adecuada)se creó por -como tu bien apuntas - una respuesta a Kant y su imposibilidad de concoer la cosa en sí. Mi pequeño granito de arena va precisamente contra eso, contra la existencia de la cosa en sí y más que nada, contra los argumentos que Hegel da para sostener que sí existe.

Tu bien señalas cuales son estos:

"sí era posible integrar lo noumenal al conocimiento pues, por la simple razón de hablar sobre ello y sus implicaciones, implica que estamos de algún modo en contacto con ello, inferencial ó intuitivamente, si bien no racionalmente"

Desde mi punto de vista,el mayor aporte de Russell a la filosofía es el demostrar que este tipo de argumentos son falsos. Pondré,de manera resumida, lo que Russell quería decir.

Imagina que yo digo que "El actual rey de Francia es calvo". Parece que el decirlo o el poder decirlo no asegura la existencia del objeto. Parece que este tipo de afirmaciones no tienen ningún valor de verdad o falsedad, porque no existe ningún rey de Francia actual, de tal forma que ni es verdadero, ni es falso, porque si fuera falso entonces el rey de Francia tendría cabello;entonces es un enunciado que no es verdadero ni falso, simplemente un sinsentido. El ehchod e que podamos hablar de una cosa en sí no asegura su existencia, ni su "subsistencia"; aunque podamos hablar de Dios no aseguramos que éste exista; simplemente es un concepto creado por la conjunción de otras proposiciones. Es por esto que la filosofía analítica no se lleva nada bien con la metafísica y el idealismo.

Un saludo y espero haya podido aportar aunque sea una breve observación a tu gran entrada. Todo lo demás, muy interesante y muy cierto, sin ningún tipo de objeción.

Dr. Acula dijo...

De acuerdo en tu punto, es una de las tantas cosas en las que yo tampoco concuerdo con Hegel.
En entradas anteriores podrás encontrar mi opinión, entre otras cosas, acerca de dios.
Saludos