domingo, 18 de enero de 2009

Derrota de la Creatividad

   Una de las actividades más ricas dentro del mundo del arte es sin duda alguna el análisis, pues siempre representa un enorme reto intelectual. Criticar una obra implica indagar a fondo en muchas circunstancias en torno a la misma con la finalidad de darle una lectura seria, creativa y basada en un discurso. Existen modelos de análisis para cada disciplina, paradigmas de acercamiento a la obra dirigidos a diletantes (ver el Modelo de Broadbent en arquitectura) que sintetizan una serie de puntos a tocar si lo que se pretende es hacer una crítica seria. Contrario a la creencia popular, me gusta o no me gusta no constituyen crítica ni análisis alguno y carecen por completo de valor teórico. Siguiendo esta tónica, existen muchísimos artistas amateurs con obras cuanto más intrascendentes que toman como bandera un desprecio por la crítica y discusión teórica / dependencia total de la audiencia para justificar producciones que no tienen valor alguno (ni en forma, fondo y discurso). Adentrémonos un poco en este tema.

   Para ilustrar el punto de hoy voy a partir de un ejemplo: Eraserhead (David Lynch, 1977), opera prima de uno de los cineastas más frecuentemente imitados por primerizos a lo largo y ancho del mundo. Esta película en blanco y negro es una de las mejores obras del cine surrelista, y es precisamente por eso que la he escogido en esta ocasión. Eraserhead es una obra eminentemente simbólica que ilustra un cierto estado de ánimo, muy puntual y conciso. La obra en su totalidad puede analizarse en base a ciertos criterios estéticos, técnicos y teóricos propios del género; como puede hacerse también con las obras de Dalí, Artaud o Jodorowsky. ¿Qué tienen todos ellos en común? que suelen ser criticados con las palabras fumado, loquísimo y debraye. El surrealismo, junto con otros movimientos del modernismo (cubismo, futurismo, etc), se presta mucho a ser objeto de las críticas e imitaciones más vacías, superficiales y sosas. Donde hay una profundidad de pensamiento muy notable, una razón de ser para cada objeto y movimiento de cámara, un fundamento para cada escena; el pequeño artista democrático ve imágenes inconexas, ideas aleatorias y escenas fruto de un viaje con drogas; él no ve en ningún momento técnica o discurso, construye en su cabecita la equivocadísima idea de que cualquier tontería, cualquier pensamiento inconexo puede alcanzar una categoría de valor estético. El pequeño artista democrático, tolerante y firme defensor del todo es arte, no puede comprender que no se trata de algo fumado: se trata de algo que simplemente se encuentra fuera de su esfera intelectual. Por eso existen tantos imitadores de Lynch, Dalí, Artaud, Bukowski y Picasso; por eso hay tan pocos imitadores de Fellini, Bourguerau, Sorolla, Whitman y Mahler. Entramos aquí a un terreno del que mucho intentó advertirnos Cervantes en su Quijote: el peligro de la simulación

   Vámonos a un ejemplo contrario. La blogósfera está inhundada de pequeños artistas democráticos, seres tediosos e insufriblemente adolescentes, entre las cuales se encuentra la autora del fragmento que citaré a continuación (tal vez algunos reconozcan su muy capilar estilo, por no decir epidérmico): 

"Con esto quiero decir que no estudio ni trabajo y que me recuesto en mi cama por horas pensando en conejos verdes que saltan sobre llamaradas de fuego mientras cantan el himno nacional. "

   Este pequeño fragmento, querdios lectores, ilustra con toda pulcritud mi punto (no es una obra, pero si un digno representante del contenido general). He aquí la derrota de la creatividad, aplastada por la simulación disfrazada de contenido. He aquí el atole con el dedo para las masas, donde no existe de ninguna manera la creatividad de un surrealismo de Artaud o el non-sense de Carroll. Simples y vagas ideas tontas, inconexas, simplonas y muy naive. No existe nada importante que analizar, como es el caso del resto de lo que ésta chica hace, típica opositora de la intelectualidad, la cultura, el conocimiento estético y la realización técnica. De esos pequeños artistas democráticos que ven arte en colillas de cigarro. 

   El buen arte, amigos míos, es aquel en el que puede descifrarse un mensaje claro, una idea, un sentimiento; aquel que es sujeto, concientemente, de la labor crítica-teórica. El arte de engaño, el arte-sin-arte, es aquel que bajo ninguna circunstancia debe ser criticado, el que se siente libre por no ser claro, el que depende completamente de la aceptación de la masa, el arte hijo del me gusta, del estás bien loca, del "me se pésimo escritor pero me mantengo en la liga". 
   
   Así como no permitimos que los políticos, figuras públicas y pseudocientíficos nos mientan, tampoco debemos permitir que los pequeños artistas nos engañen: no, no cualquier cosa es arte. Debemos aprender a ser más críticos, más analíticos y no aceptar cualquier cosa autoimpuesta. Hay que abandonar el tic de morsas que aplauden cuanto se les pare en frente por decir tonterías que, al no ser capaces de analizar, tachan de inteligentes. Aunque los pequeños artistas democráticos así lo afirmen como mecanismo de defensa, la inteligencia, el pensamiento y el virtuosismo no son despreciables.

FIN

Jajaja, pasando a otras cosas, les platico que estoy muy emocionado porque mi cuento Weeping Walls será llevado a un cortometraje y, como buen entusiasta cinéfilo que soy, lo espero con ansias locas. 

11 comentarios:

Unknown dijo...

La idea del "artista" que vuelve "obra de arte" el papel con el que se limpia la cola, es herencia de la Suma Puta Conspiradora.

Y no porque la mafia del vaticano conspire y quiera que el arte se vuelva mierda para ver si dios se manifiesta por ahí, si no porque simplemente es el claro ejemplo de que si soy un mediocre imbécil que nada puede hacer, entonces mejor lucho por que mi mediocridad sea considerada como algo bueno.

Desde luego que toda esta gentuza, al igual que la Puta y sus diversos cárteles, deben ser eliminados de cualquier tipo de consideración moral.

Muy buen post y ojalá esta vieja, por el bien de la humanidad, se llame artista de broma.

Dr. Acula dijo...

Jajaja, mi buen Chochi-Ontobelli, eso no es necesario. Siemplemente estará junto a los Cohelos y los Browns en las librerías, jamás tomada en serio por el mundo artístico, pero si muy alabadita por las masas.

Dr. Acula dijo...

Son como los Maussanes del arte: el público los ama, pero donde intenen meterse a una Sociedad Científica los sacan a patadas.

Silvia Black dijo...

soy muy ignorante, no he visto nada de David Lynch T_T

Dr. Acula dijo...

Nunca es tarde para empezar :)

Rionz Algus dijo...

Es como la dichosa liga "star no se que" que formaron Broid, Rodjkin, la "bilbao", Romero y Sanchez, donde se autonombran promesas jovenes de la arquitectura en México.

Y a su vez es como la sociedad de los 30 donde los artistas eran personas que eran elegidas por las personas de dinero y eso no ha evolucionado mucho. desde la perdida de la aristocracia con "buen gusto" hemos estado oprimidos por pseudo personas letradas; así como los que se dicen conocedores despues de leer el codigo "Da Vinci" o el famoso libro de "Cultura General", del cual no recuerdo el nombre.

Tal vez lo siguiente que exprese ofenda a muchas personas, y pues no lo siento, es lo que pienso:

"El poder de decidir así como el conocimiento, no es para todos, la igualdad fué una linda utopia"

Saludos..

älice dijo...

Felicidades por tu cortometraje; comparto algunas ideas contigo, sobre todo me gusto la manera en que analizaste el cine surrealista...

Cabrón Insensible dijo...

Me gustó mucho tu blog. Este y el post anterior se complementan en la explicación de retardo mental que sufren las nuevas generaciones desde hace ya un buen rato.

Los pocos que intentan tener actividad intelectual -más por moda que por convicción- terminan absorbidos por esquemas de pensamiento, aunque un poco más complejos, igual de patéticos que el del fresa más burdo o el "depresivo" emo.

Existe una inmadurez mental supina que tiende a buscar símbolos o íconos que respalden el arte que consumen, ya no es necesario incorporar, reflexionar o elaborar; simplezas como fotografías en blanco y negro, tenis converse, personajes excéntricos, cinismo y sobre todo cretinismo, son lo único que necesitan para avalar la calidad de lo consumido.

Al final terminan repitiendo lo que otros han dicho sin espacio para la reflexión, idealizan a los artistas, a los filósofos, los convierten en figuras huecas, en pocas palabras pierden el tiempo jugando a los intelectuales, no se dan cuenta que el verdadero artista es intelectual y el verdadero intelectual elabora.

En fin, es bastante complejo y me alegra que te hayas tomado la molestia expresarlo,sería bueno que todos los pubertos que les anda picando la cola por ser artistas leyeran esto.

Dr. Acula dijo...

Cretinismo es la palabra correcta, le diste al clavo.
Gracias por tu enriquecedora aportación.

Pelo dijo...

La mayoría de las cosas que escribo en mi blog no son en serio: son escritos absurdos, humorísticos.

Nunca he dicho que mis posts son "arte" o que son profundos. Cuando publique algún ensayo serio me parecerá válida tu crítica. Por el momento sólo se queda en mamonería de un tipo aburrido que no puede salir de su pose de intelectual y no tiene cabida en su mente ni siquiera un lugar pequeño para el sentido del humor.

Qué hueva.

Dr. Acula dijo...

1.- No se me encrespre "Pelo" o como sea que se llame ud, solamente es un ejemplo.
2.- No hay pose intelectual alguna. Es intentar crear cosas de valor.
3.- ¿Sentido del humor?

Efectivamente, que hueva.
Regrese ud cuando tenga algo valioso que comentar.