jueves, 20 de diciembre de 2007

Dios y Naturaleza: El error del planteamiento.

I.- DIOS
Incontables veces a lo largo de mi vida se me ha hecho la siguiente pregunta: ¿Crees en Dios?
Hay quien contestará que sí, hay quien no.
¿Yo? No puedo contestar. No porque represente un dilema o conflicto interno, ni por falta de conocimiento o simple pereza intelectual
(agnosticismo). No. Es simple y sencillamente porque la pregunta está mal planteada.
Supongamos el siguiente caso: Un "Católico" y un "Ateo". El primero expondrá su postura, tratando de explicar la existencia de un dios de tales o cuales características. El segudno expondrá su postura, negando la existencia de tal dios. Si nuestra discusión imaginaria transcurre de manera armónica, la conlcusión a la que se llegará seguramente es la siguiente: Ni yo puedo comprobar su existencia ni tú puedes comprobar su no-existencia.
Pues bien, ambas posturas están equivocadas.
Primero, el ateo.
El ateismo, eni mi opinión, es una postura religiosa y por lo tanto tan absurda como cualquier otra. Es religiosa por la simple razón de que construye un apelativo de identidad en base al concepto dios, aunque sea negándolo. Y hablando de la negación... todo áquel que haya estudiado la más báscia embarrada de lógica aristoteliana recordará que la idea de negación (a-teo, no-dios) implica, paradójicamente, la aceptación de tal. Es decir, no puede negarse algo que no es. El ateismo entonces es una postura falaz, pues al negar el concepto en el cual cree no creer, está al mismo tiempo aceptando su factibilidad. Ésta postura sí suele ser un caso de conflicto interno.
Segundo, el católico... Ni siquiera me molestaré en comentarlo, por las siguientes razones:
1.- Seguramente todo aquél que lea ésto está familiarizado con la fé católica y,
2.- No hay nada que discutir.
¿A qué me refiero con ésto? Es muy sencillo, y no, no es intolerancia.
Una vez aclarado que el ateísmo también es una postura religiosa, y el agnosticismo una "doctrina" apologista de la ignorancia; seguramente estaremos de acuerdo en lo siguiente: Tanto el católico como el ateo están aceptando la existencia de cierto tipo de "cosas" que están más allá de su entendimiento y por lo tanto no son sujetos a comprobación. Ésta afirmación es igualmente errónea, y es precisamente en ella donde radica la pregunta mal planteada, pues, como veremos, no estamos aquí tratando con ningún concepto que esté más allá de lo humano:
1.- Dios, valga la redundancia, es un concepto humano. Redundancia porque todo concepto es humano (concepción), a menos que pueda comprobarse la existencia de otra especie capaz de generar concepciones cognoscitivas-racionales.
2.- Al hablar de algo más allá de, estamos implicando la existencia de otro de. Es decir: tal afirmación constituye al mismo tiempo una segunda, que es la existencia de cierto entendimiento, superior en éste caso. Pues bien, aquí tendré que ser repetitivo: El entiendimiento también es un concpeto humano, y por lo tanto exclusivo e inherente al hombre. Por lo tanto,
3.- No estamos ante ningún dilema realmente. El problema del concepto "dios" es su carencia de substancia de estudio. Es decir, no estamos hablando de algo remoto e incomprensible, sino de un concepto absurdo, absurdo por no poder ser planteamiento de ningún tipo de pensamiento, pues per sé, no constituye un punto de partida, porque no hay tal cosa de qué partir. El error empieza cuando construímos apelativos en base a tal cosa. Es, simple y sencillamente, absurdo.
Regresaré entonces a la primer pregunta: ¿Crees en Dios?
Respuesta: "Dios", al ser un concepto absurdo e inabarcable intelectualmente (insisto, no porque no "podamos ", si no porque no hay nada que entender) no es sujeto a ser creído.

Lo que tendría que pasar, para poder salir de todo este absurdo "paradigma de religiones" es replantear completamente la labor filosófica, pero ésta vez sin partir de conceptos absurdos como alma, dios, más allá... Debemos replantear nuestra concepción de nosotros mismos: No somos ninguna "creación divina" ni punta de lanza de la naturaleza. Somos un animal más dentro de un ecosistema, nos guste o no. Debemos aprender a ser críticos de nuestra propia existencia y entender, de una vez por todas, que podremos ser verdaderamente libres y humanos cuando aceptemos la gloria de la vida en su finitud.
Ahora bien, una idea que al parecer está muy de moda es la siguiente:
Para mí, Dios es la naturaleza.... NO! Error de nuevo, lo que me lleva al siguiente punto de hoy...
II.- NATURALEZA
Dios es la naturaleza... Por lo tanto, si hay algo que es la naturaleza, hay algo que no es la naturaleza.
Por ejemplo, ¿nunca han escuchado gente que dice que los homosexuales son antinaturales?
Mi pregunta sería entonces ¿y qué es la naturaleza? hmmmm supongamos una respuesta muy común:
"La naturaleza es todo aquello que está, una entidad que decide el transcurso de la vida en la tierra, el árbol, el río, la montaña... todo aquello que es origen de la vida misma y expresión del "orden" universal...mientras que lo antinatural es todo aquello corrompido, que no se encuentra en su estado original..."
Lo cual me lleva a concluir lo siguiente:
1.- El concepto que solemos tener de "naturaleza" está mal. La "naturaleza" es TODO. Es decir, todo aquello que existe forma parte de una misma realidad. No estamos tratando de una cierta "entidad" extraña creadora de nada, estamos hablando simplemente de una serie de circunstancias caóticas (para nada perfectas, como suele entenderse a la "naturaleza") que dieron origen a cierto sistema universal y, en nuestro caso, global.
2.- El concepto de "antinatural" en nuestra concepción es, por lo tanto, todo aquello que ha sido modificado por el hombre. Sólo por el hombre, pues no creo que nadie me diga que un hormiguero, que no es otra cosa que un agujero hecho por hormigas (modificación), es "antinatural".

El error, una vez más, radica en conceptos falaces; en tratar de atribuir a simples hechos medibles características racionales. Muy de moda está el "ecologismo", los principios de "ayudar" a la naturaleza en base a la no intervención...lo cual es, por cierto, una imposibilidad científica, empíricamente falso. Es el principio de la incertidumbre. Todo al ser medido es modificado...fundamento de la física cuántica... Pero el problema no es ese. El problema es nuestra arrogancia como especie, el creer que intervenimos, y si hablamos de intervención, implicamos que no pertenecemos a...
¿Cuándo podremos entender que nosotros somos parte del ecosistema, un animal más en la cadena alimenticia? ¿Entenderemos algún día que la mejor manera en la que podemos "ayudar a la naturaleza" es no destruyéndola?

Todo ésto nos ha llevado a entender mal los fundamentos de la evolución, de la supervivencia del más fuerte; pues creemos que es obra y obligación de la "naturaleza"...Señores, ¡nosotros somos la naturaleza! Mucho tiempo nos hemos planteado preguntas como ¿Qué soy, de dónde vengo, a dónde voy?...solemos creer que la "naturaleza" nos tiene deparada una cierta misión como especie...Permítanme aclarar porqué este punto está mal:
1.- Ejemplo: Los leones. ¿En qué radica la supervivencia del más fuerte? Los leones, al igual que el hombre, viven en comunidades. Es decir, para lograr cierto fin como especie, cooperan. Ahora bien, al no ser racionales, sus fines como especie son bastante más sencillos: alimentarse para sobrevivir. Y cuando un individuo de la manada es incapaz de participar en la obtención de éstos fines, es eliminado. La "naturaleza" entonces no tomó parte alguna, fue el león mismo el detector del más debil, aquél que es incompetente para sobrevivir.
2.- Los humanos, dentro de nuestra divina arrogancia, hemos luchado eternamente en contra de todo aquello que es inherente a nosotros. Nuestra insufrible necesidad de inventar falacias y negarnos como especie nos ha llevado a un punto de degeneración tal que se nos ha olvidado que también debemos eliminar a los más débiles, aquellos que nos impiden lograr la meta que, como especie racional, nos planteamos (es decir, sin necesidad de intervención de nada). Y por ésto mismo, en el caso del humano, la selección del más débil no es tan sencilla como en el caso del león. Todo dependerá de la meta que nos impongamos. Para aclarar éste punto, regresaré al ejemplo del homosexual:
a) Supongamos que la meta que nos planteamos como especie es la conservación cuantitativa de la misma (sé que es un ejemplo muy burdo, pero por el bien del argumento). En éste caso, el individuo fuerte sería aquél capaz de perpetrar la especie. Es decir, el homosexual, al ser incapaz de participar en la obtención de los fines impuestos a la especie, sería un sujeto débil y sujeto a eliminación. sin embargo, dudo mucho que sea éste el caso, pues uno de nuestros más graves problemas hoy día es la sobrepoblación, por lo que
b) Supongamos (y de preferencia logremos jajaja), que nuestra meta es la conservación cualitativa de la especie. Intentar dejar a los mejores, no por intolerancia sino por el inminente peligro de una catástrofe malthusiana (hemos abusado de la tierra a tal grado que es imposible tener recursos para todos, lo que nos llevaría a la extninsión), y por la intención de crear nuevas sociedades concientes, responsables y con identidad que puedan llevar al mundo entero a un nuevo esplendor; para lo cual lo necesario es inteligencia. Es decir, en éste caso, las consecuencias de la homosexualidad se vuelven irrelevantes. El individuo débil entonces sería aquél incapaz de participar en el cumplimiento de la meta, es decir, todo aquél discapaz de pensar ó apático ante la intelectualidad.

En fin, hasta aquí los pensamientos de hoy jajajaja.




viernes, 14 de diciembre de 2007

Das fragment an sich.

Friedrich Nietzsche mastered the art of aphorism and knew it when he wrote: "It is my ambition to say in ten sentences what everybody else says in a book - what everybody else does not say in a book".
So, and in praise of the fragments in theirselves, let me give you some of my favorite Nietzschean quotes:

The surest way to corrupt a youth is to instruct him to hold in higher esteem those who think alike than those who think differently.
The Dawn.

Only by forgetting that he himself is an artistically creating subject, does man live with any response, security, and consistency...
On truth and lies in a Nonmoral sense.

Between two absolutely different spheres, as between subject and object, there is no casuality, no correctness, and no expression; there is, at most, an aesthetic relation.
On truth and lies in a Nonmoral sense.

No one talks more passionately about his rights than he who in the depths of his soul doubts whether he has any.
Human, all too human.

What does your conscience say? "You should become the person you are".
The Gay Science.

Without art we would be nothing but foreground and live entirely in the spell of that perspective which makes what is closest at hand most vulgar and appear as if it were vast, and reality itself.
The Gay Science.

Thoughts are always the shadows of our feelings: always darker, emptier, simpler.
The Gay Science.

The Christian resolution to find the word ugly and bad has made the world ugly and bad.
The Gay Science.

The secret for harvesting from existence the greatest fruitfulness and great enjoyment is to live dangerously.
The Gay Science.

I tell you: One must have chaos in one, to give birth to a dancing star.
Thus spoke Zarathustra.

I should only believe in a God that would know how to dance.
Thus spoke Zarathustra.

It is the stillest words that guide the world.
Thus spoke Zarathustra.

When power becomes gracious and descends into the visible, such descent I call beauty. And there is nobody from whom I want beauty as much as from you who are powerful: Let your kindness be your final self-conquest.
Thus spoke Zarathustra.

The noble soul has reverence for itself.
Beyond good and evil.

If you still experience the stars as something "over you", you still don't have the eyes of a knower.
Beyond good and evil.

What is done out of love always takes place beyond good and evil.
Beyond good and evil.

The sick are the greatest danger for the healthy; it is not from the strongest that harm comes to the strong, but from the weakest.
On the Genealogy of Morality.

While every noble morality develops from a triumphant affirmation of itself, slave morality from the outset says "No!" to what is "outside", what is "different", what is "not itself"; and this No is its creative deed.
On the Genealogy of Morality.

Without music, life would be a mistake.
Twilight of the Idols.

Christianity is metaphysics for the hanged man.
Twilight of the Idols.

What is good? All that heightens the feeling of power in man, the will to power, the power itself. What is bad? All that is born of weakness. What is happiness? The feeling that power is growing, that resistance is overcome.
The Antichrist.

In Christianity neither religion nor morality come into contact with reality at any point.
The Antichrist.

The very word "Christianity" is a misunderstanding. In truth, there was only one Christian, and he died on the cross.
The Antichrist.

"Faith" means not wanting to know what is true.
The Antichrist.

One must pay dearly for immortality: one has to die several times while still alive.
Ecce Homo.

I cannot believe in a God who asks to be praised all the time.

Liberalism is the transformation of mankind into cattle.

We have art in order not to die of the truth.





domingo, 2 de diciembre de 2007

The Eternal (Joy Division)

(This song describes my present mood perfectly.)
Procession moves on, the shouting is over,
praise to the glory of loved ones, now gone.
Talking aloud as they sit round their tables,
scattering flowers washed down by the rain.
Stood by the gate at the foot of the garden,
watching them pass as clouds in the sky,
try to cry out in the heat of the moment,
possessed by a fury that burns from the inside.
Cry like a child though this years make me older,
with children my time is so wastefully spent.
A burden to keep, though their inner communion,
accept like a curse an unlucky deal.
Played by the gate at the foot of the garden,
my view stretches out from the fence to the wall.
No words could explain, no actions determine,
just watching the trees and the leaves as they fall.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Promesa a mí mismo.

No recuerdo hace cuanto dejé de creer en dios.
No recuerdo hace cuanto dejé de creer en la humanidad.
No recuerdo hace cuanto dejé de creer en el amor.
No recuerdo hace cuanto empezé a creer en mí.
No recuerdo hace cuanto descubrí que, fuera de mí, no hay nada.
Hoy vi una película de vampiros. No discutiré acerca de la misma, sólo diré que me hizo pensar.
Me hizo recordar porqué no deseo nada más en el mundo que ser un vampiro.
Un vampiro (no la versión animalesca), pensaba manejando de vuelta a casa, es la esencia misma del héroe nitzscheano y, escuchando el Heldenklage, entendí todo una vez más:

Esta ya manifiesta en ésta pieza, escrita en plena juventud, lo que en madurez se convertiría en el héore... La profundidad y el dolor, el egoísmo por salud, el ser que es capaz de accionar y no sólo de reaccionar, constantemente supérandose; generoso no por caridad sino por sobreabundancia, eternamente solo, eternamente joven; anitburgués pero no por eso menos aristócrata, capaz de ser racional al mismo tiempo de pasional... El vampiro, al igual que los übermensch, vive siempre conciente de su superioridad. Y no teme ante nada expresar, de manera aplastante, el último de sus ideales: La Belleza.

Ideal...
Dejé de creer en dios porque yo lo maté.
Dejé de creer en la humanidad porque la humanidad misma no es capaz de creerse.
Dejé de creer en el amor porque me di cuenta de que YO soy perfectamente capaz de amar.
Creí en mí porque empezé a dudar de mí.
Descubrí que todo lo que no sea yo se resume, a fin de cuentas, a la experiencia de MÍ ser.
Descubrí que no tengo cuerpo otro que la noche, por corazón la luna y alma las estrellas.
Descubrí que el ideal vive en mí.
Descubrí que Mina sólo vive dentro de mí.
Descubrí que voy a vivir por siempre.
Descubrí que lo que hago es eterno.
Descubrí que todos ustedes no van a poder olvidarme nunca.
Descubrí que mi fuerza radica en no creer.
Descubrí una vez más, la promesa que hace tantos años me hize:
Que no voy a fallar.
Que nada, absolutamente nada, me va a detener.
No por ustedes, no por mí.
Ninguno lo vale.
Por la belleza.
El ideal por el ideal.
Porque sé que incluso los poderes del tiempo pueden alterarse por un solo propósito.
Y basta de soñar, la noche espera.