jueves, 29 de enero de 2009

Favor de Descansar en Paz


Como algunos de ustedes posiblemente habrán notado, el legendario blog Favor de No Mamar ha desaparecido debido a un error de dedo (¡bien wey!) de su creador, el Chochi. Despidamos tan fina pieza de la cultura popular con todos los honores y esperemos que su muy objetivo cronista tenga un regreso triunfal al intrigante mundo del blogueo en su nueva dirección: http://mafiavaticana.blogspot.com

Requiescat In Pace, Maximus Mamatorium

sábado, 24 de enero de 2009

¿Adversidad?

   Hace no mucho tiempo, durante mi toma de protesta, el Rector de mi Universidad dijo unas palabras de las cuales me voy a valer para comenzar este post: "Ustedes son una generación que ha escuchado la palabra crisis desde que nació". Y es cierto, desde Miguel de la Madrid hasta Felipe Calderón, esa palabra nos ha rondado en cada esquina, nos persigue, nubla cuanto podemos percibir en un sentido general. Nos encontrábamos ahí reunidos quienes nos recibíamos con todos los honores, los mejores promedios, los más destacados, la créme de la créme; las más alentadoras promesas de una generación, los que van a ser capaces de enfrentar este escenario. Al menos eso creen algunos, y yo por mi parte voy a tener que diferir. Parcialmente.

   Es cierto que enfrentamos un escenario económico de una complejidad que no había ocurrido, me atrevo a decir, desde la revolución industrial. Sin embargo, el problema que realmente atañe a nuestra generación es un poquito más profundo y sin duda no tan radical como los que han tenido que enfrentar otras generaciones. Bastaría, por ejemplo, recordar a aquellos que tuvieron que orquestar  la reconstrucción en el interbellum y después de la Segunda Guerra Mundial. Ante circunstancias absolutamente negras, esa serie generacional tuvo que plantarse frente a la historia y llevar a cabo toda una serie de preguntas propias de una reconstrucción a gran escala, desde volver a pensar la cultura europea y sus fundamentos socioeconómicos hasta encontrar expresiones y modelos artísticos que pudieran acoplarse a un nuevo esquema de pensamiento. Son las generaciones, para aquellos que opinan que los artistas no sirven de nada, que vieron nacer a la Bauhaus, a los Surrealistas, a los Le Corbusiers, a los Picassos, a los Mahlers y a los Frizs Langs, todas esas vanguardias que redefinieron el arte. Fueron ellos los que sentaron una base tan sólida para poder construir el siglo XX como cimiento del XXI, y lo lograron tan bien que resultó a la larga ser un problema.

   Nosotros hoy en día no enfrentamos un problema bélico de una magnitud tan importante, no nos encontramos al filo de la destrucción y no vemos nuestras culturas hechas cenizas en el suelo. El problema que enfrentamos hoy es la juventud, esa a la que pertenecemos tú y yo, querido lector. Una juventud que es apabullantemente inconciente de su contemporaneidad y de su contexto histórico, una juventud bastante más obscura que ninguna medieval, una generación construída en base a la ignorancia y el culto a la misma, una juventud que tiene el relajamiento y la indiferencia como valores primos, que alaba la flojera y la desidia, que desprecia la inteligencia, la realización y el trabajo; que no solo no está conciente de su realidad, sino que cualquier noción que a la misma pudiera referirle le resulta algo detestable. Una juventud, en pocas palabras, que está destinada a pasar a la historia como un mal ejemplo, como un error que jamás debe volver a cometerse. Me preguntarán, ¿cómo puedes afirmar cosas de tal magnitud? Existe cierto comercial radiofónico (que afortunadamente yo jamás escuché) al que me refirió un amigo y que creo que expresa de manera tajante el espíritu de nuestra generación. Lo transcribiré más o menos como se me mencionó:

   Comienza el comercial simulando un programa de análisis artístico, en el que un narrador dice algo como lo siguiente: "Si analizamos esta obra de (...), encontraremos un transfondo teórico que nos remite a ciertos movimientos..." El sonido se distorsiona, y entra otro narrador diciendo lo siguiente: "No dejes que te engañen, la vida es fácil: Cerveza Sol". 

   No se que opine ud. querido lector, pero yo encuentro esto denigrante. No solo es absolutamente carente de contenido como la mayoría de la oferta del mass media, sino que es una falta de respeto a la historia, un escupitajo en la cara de nuestros predecesores que se partieron la espalda para construir el mundo que hoy creemos disfrutar. Pero, tristemente, expresa perfectamente el leit motif de nuestra vida generacional. Remítanse a los Blogstars si no me creen. Y pueden decirles lo que se les antoje, les van a contestar que no tienen sentido del humor. Pues de ese humor ciertamente no. 

   Las personitas chiquitas, infinitesimales de nuestra generación que creen ser intelectuales o artistas representan exlusivamente el mejor ejemplo del recopilador análogo, los hijos del culto a la figura; aquellos que en su deliberada ignorancia buscan imágenes del pasado, olvidan los fondos, los reproducen mecánicamente (decantando el valor en el proceso) y se plantan como generadores culturales del desprecio al pensamiento. En ningún momento se dan cuenta, dados sus arraigados vicios mentales antes mencionados, que están haciendo mal algo que ya se llevó a su cúspide hace 100 años. Se regocijan en lo que llaman su modernidad (en su absoluta inconciencia del modernismo) leyendo siempre a los más recientes farsantes, alabando lo vacío, metiéndose cuanta droga nueva existe y creyendo que se rebelan contra todo; cuando realmente están produciendo obras que pudieron haber hecho sus abuelitas y dejando patente su bajo rol dentro de un esquema social. 

   ¿Suena duro, no? Adverso... Pues mi punto es precisamente, querido lector, que se encuentra lejos de ser adverso. Al contrario, es una oportunidad única. 

   Es básico entender que difícilmente sacaremos a estas personitas del estado ficticio en el que viven. Señalarlos no sirve de nada, no conseguiremos nada más que insultos y desprecio. Ellos están interesados, exclusivamente, en recibir miles y miles de palabras de apoyo (que son más bien palmaditas en el hombro, de jodido a jodido). No les interesa en ningún momento imprimirle valor a lo que hacen, y es ahí donde radica solución: Mientras todos están excavando en las cañerías, buscando el más pútrido pedazo de heces fecales, las minas de oro permanecen desatendidas. Los que nos hemos planteado como objetivo profesional no ser recordados como representantes de esta generación tenemos que entender que nuestra misión es eminentemente epistemológica, de ordenamiento de ideas; tenemos que imponernos la tarea de volver a pensar al ser humano, de replantear los valores sociales, de volver a imprimir a lo que sea que hagamos bases fuertes de pensamiento teórico acompañados de ejecuciones que tengan el virtuosismo como finalidad. El escenario está feo, sí, pero no como para ponerse a llorar y mantenerse pasivos. Piénsenlo, amigos míos: entre esta masa de cretinismo, de autoindulgencia y de tolerancia es mucho más fácil que la inteligencia brille. Mientras más haya pequeñas personitas, más alto se ve el que destaca, más sencillo es que logre su objetivo: nuestra competencia es quasi nula, y eso hace mucho que no se veía. Aprovechémoslo.

   A la gente que ha logrado ver más allá del conformismo postmoderno, esta "situación de la crisis" no debe darle miedo, al contrario, debe inspirarla. Es ahora cuando más hay que hacer, es ahora cuando más duro hay que trabajar, es ahora cuando debemos sentarnos a pensar y replantear qué es lo que el siglo XXI va a significar. Depende exclusivamente de nosotros, y es muy bello; podemos encontrar todo con qué hacerlo. Sí, solo 1 de 1000 pueden verlo, incluso dentro de la créme de la créme, ¿pero de cuándo a acá se ha esperado la aprobación de las masas?

   Esa es, precisamente, la enorme virtud de la nada de la que tanto nos quejamos a veces: deja abierta la posibilidad infinita. Hoy en día las masas alcanzaron su nivel crítico de manejabilidad y, como dijo cierta persona que tenía un grado de conciencia histórica inusitado, what luck for rulers that men do not think.

La única vanguardia válida hoy en día es la inteligencia. 
Jaque Mate. 

viernes, 23 de enero de 2009

LA ESPERADÍSIMA LISTA DE...

...

LAS 15 COSAS MÁS SOBREVALORADAS DE TODOS LOS TIEMPOS
en la humilde opinión de su anfitrión, el Dr. Acula

Sin afán de herir sensibilidades, comenzemos la lista de manera regresiva (en creciente orden de sobrevaloración, posiblemente) basada en mis propias convicciones y en una encuesta realizada a miembros de la banda. 

15.- Los Perros
Sí, los perros. Todo mundo los ama. Hay gente que les habla con más carino que a sus propias madres. Hay gente que invierte mucho dinero en ellos. Hay gente que les construye hoteles, parques recreativos e incluso hay psiquiatras para que los pobrecitios saquen todos sus traumas.
¿Han escuchado hablar de los millones de niños muriéndose de hambre en África? les pregunto yo.

14.- Acapulco
Es decir, ¿han ido recientemente? Yo no dudo que haya sido la onda allá en las épocas del maestro Mauricio Garcés, pero enfrentémoslo: hoy en día está más puerco que las playas artificiales de Marcelito. Y lo peor de todo...repleto de guerrerenses.

13.- Canadá
Sobrevaloradísimo. Si si, primermundismo en su máxima expresión, seguridad que no te la crees y una estabilidad económica que te cagas. También un país gris, históricamente irrelevante y aburridísimo. Uno de los destinos vacacionales-estudiantiles favoritos de la chaviza chilanga.

12.- Las playeras Lacosste
Puta, como las odio. Yo me acuerdo que cuando éramos pequeños niños felices, todo mundo tenía una. El cocodrilio maricón ese figuraba en los pueriles pechos de todo niño clase mediero. Hoy resulta que cuestan no se cuantos millones de pesos...háganme el reputísimo favor. Además se joden a la primer lavada. 
Una de las prendas favoritas del movimiento antrista-fresero.

11.- Los Niños Down
Enfrentémoslo, el Teletón es una grandísima mamada, en muchos niveles. Yo estoy de acuerdo en que todos los seres humanos deben tener un nivel de vida digno, pero como diría el Chochi, Favor de No Mamar. Mejor métanle esa lana a la ciencia y la investigación, o a esta noble fundación.
No offense.

10.- Tim Burton
Después de obras tan buenas como Nightmare before Christmas el wey saca porquerías del tamaño de Sweeney Todd. Se volvió un plagiario de sí mismo al más puro estilo Vivaldi; perdió su creatividad. ¿Ya vieron las imágenes del Alice in Wonderland que va a sacar? Terrible, lamentable. Te odio cabrón, nos fallaste a todos. Además ahora le perteneces a los emos.

9.- Benito Juárez
Lo único bueno que hizo fue quitarle poder a la iglesia y sentar la base histórica del peinado del ñoño. De ahí en fuera, demagógico, tiránico, traidor a la patria, populista y megalómano. El indito más sobrevalorado de todos los tiempos. No wonder que el peje y sus secuaces lo hayan agarrado de bandera.

8.- El sexo
La verdad, junto con toda la industria que le rodea: pornografía, juguetes, prostitución, etc. El producto consumista por excelencia, una de las cosas grandes que suele tener el enfoque más superficial de todos. Gracias a Diegong por su participación. 

7.- Andy Warhol
¿Latas de sopa Campbell's? Wow, déjame pararme a aplaudir. Farsante.

6.- La Salud
Todos nos vamos a morir de algo, acéptenlo. Mejor vivir no tanto tiempo pero disfrutando la vida que vivir 125 años tragando chayotes hervidos. Me dan hueva.

5.- Harry Potter
Ha habido pubertos sobrevalorados y este cabrón. Todo mundo dice aaaaay, es buena literatura para niños....
¿Habrá esta gente escuchado hablar de Charles Dickens y Mark Twain, I wonder?

4.- La Democracia
La más grande farsa jamás contada, ni siquiera es una forma de gobierno estrictamente hablando; solo un pretexto para la mediocridad, el conformismo y la jodidez. El sistema anti-humano y anti-natural por excelencia, el triunfo de la moral del esclavo. Como dijo un brillante pensador a principios del siglo XX, "¿el pueblo que chingados sabe?". Je-je-je. Cagado, pero cierto. 

3.- Las Olimpiadas
...y el mundo del deporte en general. ¿A mí que fregados me interesa que una she-male corra más rápido que un raterito de Bagdad? Un logro notabilísimo que cambiará el destino del pensamiento universal, ja. Y la millonada que ganan...es un maldito insulto a la clase aportativa. Aplíquese lo mismo a los futbolistas. 

2.- La Religión
Sin comentarios.

y el premio mayor es paraaaaaa...

1.- LOS BEATLES
Sí, órale, escúpanme, apedréenme, línchenme, destiérrenme. El epítome de la sobrevaloración. 
Para todos aquellos que viven engañados: si, su música era buena (ejém) a secas, pero NO revolucionaron la música, NO revolucionaron el pensamiento social, NO fueron los primeros en llevar un mensaje de floresitas y paz al mundo, NO hicieron absolutamente nada nuevo y NO fueron particularmente destacados como ejecutantes y líricos. Yo no digo que sean una mierda, pero tienen un culto y una adoración que definitivamente NO merecen. Lo único genial que hay detrás de los Beatles son sus managers y promotores, que crearon una nueva manera de vender la música y llevaron a su máxima expresión una industria que estaba en pañales. PUNTO. 

Ja, he dicho.

Menciones honoríficas aportadas por la banda: El TEC, Björk, U2, Lars von Trier, los Mariachis, el Holocausto, Carlos Monsiváis, Eternal Sunshine for the Spotless Mind, la Razón, el ser humano, la Ibero, Plaqueta, los tacos Copacabana, Steven Spielberg, Marcel Duchamp, Dan Brown, la carrera universitaria como concepto, Pink Floyd: The Wall, la Srta. Pelo, el Vodka, Facebook, Ciudad Satélite, Dr. House, Lars Ulrich, Nirvana, Frida Kahlo, la Condesa, Obama y el Sistéma Métrico Decimal.

Se aceptan sugerencias. 

jueves, 22 de enero de 2009

El Mito Deconstruido: la obra de Alan Moore


(Post dedicado a mi amigo Hank Chinaski, aka Dr. Coloso, aka D.C., aka Diegong) 

  A finales del siglo pasado y principios de éste, los cinéfilos y entusiastas de los comics presenciamos un furor hollywoodense, desatado en cadena, por las películas de superhéroes. Este proceso, mismo que comenzó con buenos films como el Batman de Tim Burton (1989) y llevó a cosas tan desastrozas como el Spider-Man de Sam Raimi (2002), tuvo como tónica general la visión completamente caricaturesca del mito del superhéroe, desde el aceptablemente logrado Joker de Jack Nicholson hasta los insoportablemente vacíos Hulk y Daredevil. Algunos films fueron buenos, otros rotundamente malos; pero todos ellos eran la idea naive del superhéroe, la idea infantil, la idea de la serie animada. 

   Todos escuchamos esos títulos, todo mundo esperaba ansioso ver más mutantes en la pantalla grande cuando, sin previo aviso, aparecieron obras como From Hell (Hermanos Hughes, 2001). Había, al parecer, un nuevo grupo interesado en llevar al celuloide otro tipo de obras que se habían mantenido olvidadas en la imaginería del mainstream, no del comic, no de la tira del periódico. El mundo de la novela gráfica. From Hell resultó no ser un gran logro, pero estaba abriendo paso para que otros títulos impactaran el mundo del cine de manera irrevocable, el resto ya lo conocemos: Sin City, 300, 30 days of night, V for Vendetta, The league of extraordinary gentlemen, Batman Begins y The Dark Knight, en manos de directores de la talla de Zack Snyder, Robert Rodríguez y Chris Nolan (cuyo principal mérito radica en haber no solo revivido, sino reinventado brillantemente, una franquicia que Hollywood había agotado, con fiascos como Batman & Robin). Dentro de este fascinante mundo de la novela gráfica, hay tres nombres que deben ser mencionados con todo honor: Will Eisner, Frank Miller y Alan Moore. Fueron ellos, particularmente Miller y Moore, quienes destruyeron la idea del superhéroe como propio de la mentalidad infantil y lo elevaron a figura literaria.

   Alan Moore (Northampton, 1953) es la mente maestra detrás de muchos de los nuevos personajes, fascinantes todos, que podemos ver hoy en día. Durante su estancia en D.C. Comics y otras firmas, y en colaboración con dibujantes del tamaño de Dave Gibbons y David Lloyd, Moore logró darle un giro de 180 grados a la ficción de la tira cómica. Fue a través de sus guiones visionarios que nuevas historias, mucho más maduras, obscuras y sin tener a los niños como primary target pudieron materializarse; es gracias a su experto artificio literario que personajes que en los 80's parecían perdidos y acartonados pudieron encontrar su lado humano, su lado confrontado con la realidad, su psicología en un mundo desesperado. Alan Moore, junto con los antes mencionados escritores y dibujantes, nos mostraron a los hombres detrás de la máscara. 

   A comienzos de su obra madura, se encuentra V for Vendetta (1982-1988), en la que Moore explora con toda profundidad la idea de la idea, de un personaje que no tiene nada de excepcional salvo su obsesión con la Venganza y lo que él considera justo. Alan Moore crea en esta obra un mundo distópico muy al estilo de 1984, frío y sometido a un estado-policía, como marco para este personaje V, pensador y terrorista de la anarquía; que llevará sus planes hasta la última consecuencia sin escrúpulos en el camino. Sumamente obscura y nihilista, en V for Vendetta Moore explora por primera vez la posibilidad del símbolo como recurso literario, inspirado en la obra de William S. Burroughs. La letra V, o número romano 5, aparece constantemente tanto en los díalogos y títulos como en la imaginería, esculpiendo una trama que alcanza en sus puntos límite la calidad de poética. Los diálogos de V están escritos principalmente en Pentámetro Yámbico, un tipo de verso de 5 pies que no tiene rima. Queda patente en esta obra la sólida formación de Alan Moore como literato y filósofo, incorporando en la trama el pensamiento de los autores mencionados por V, de manera tan fina que atraviesa inmediatamente la barrera de lo meramente ilusorio. En esta historia nos enfrentamos a personajes de un realismo nunca antes logrado en el género, de una profundidad psicológica tan vasta (y a veces tan aterradora e insana) que perdemos a ratos la noción de estar leyendo un comic. Moore trata con toda prominencia los temas de las relaciones de poder, del fascismo vs anarquía y del conflicto de identidad. Para enfatizar esto, Moore nunca cuenta con claridad la historia de su protagonista, todo lo que sabemos de él es visto a través de la percepción de personajes secundarios; dejando un personaje ambigüo que queda completamente a criterio del lector: ¿V es un héroe, villano, loco o psicópata?. V for Vendetta fue adaptada a un film por James McTeigue en 2004 y, aunque la trama está alterada, alcanzó inmediatamente el estado de película de culto. 

   Continuando con su obra, todos aquellos que amaron The Dark Knight (Chris Nolan, 2008), deben saber que le debe muchísimo a Alan Moore. Aunque el contexto general está basado en el The Dark Knight Returns de Frank Miller y otros títulos como Year One y The Long Halloween, fue él quien creó la idea del personaje que tan brillantemente ejecutaría Heath Ledger. Es en The Killing Joke (1988) que Moore desmenuza completamente al Joker, mostrándonos a un personaje que desea apasionadamente ser entendido, dentro y fuera del comic. Esta obra tiene como objetivo principal plantar un espejo frente a Batman, nos demuestra por primera vez que su archienemigo, el payaso príncipe del crimen, no es otra cosa más que su fuerza contraria; como lo expresa el personaje de Heath Ledger: "an unstoppable force meeting an immovable object". Un mal día es lo que unía a ambos personajes, un mal día que era ese pequeño empujoncito hacia la locura. Ese mal día es lo que separa al caricaturesco Michael Keaton y el homoerótico e insufrible George Clooney de Christian Bale. Gracias a The Killing Joke, entre otros, los personajes de Batman alcanzaron el profundo y obscuro realismo que se merecían. Y como olvidar ese cuadro legendario en que Batman, después de años de lucha, se ríe de un chiste del Joker. Impresionante. Dos lunáticos estaban en un asilo...

   Para terminar, la obra maestra de Alan Moore, lectura indispensable, pieza seminal del género: Watchmen (1986-1987); que figura en la lista de las 100 mejores novelas en inglés del siglo XX publicada por la revista Time. Es en ésta novela gráfica que Moore deconstruye por completo el mito del superhéroe, poniendo en conflicto tanto lo superlativo como lo heróico. Bellísimamente ilustrada por Dave Gibbons, Watchmen representa un parteaguas no solo en el mundo del comic, sino en el mundo de la literatura. La idea principal de Moore era investigar como serían estos personajes confrontados con un mundo real, un mundo lleno de ansiedades, una historia alterna en el que la tierra está al borde de un desastre nuclear. Continuando con el uso del símbolo que comenzara en V for Vendetta, Moore logra en esta obra fundirlo completamente con el significado; valiéndose de Smileys manchados de sangre y demás representaciones de la inocencia corrompida. En Watchmen figuran una serie de "superhéroes" originales, interesantísimos, que logran fundirse en la cotidianeidad, lo político, lo macroeconómico y la guerra fría, en su búsqueda por aclarar un misterio que poco a poco va cobrando la vida de los enmascarados. Moore ahonda en la psicología de sus personajes, a veces de una inteligencia admirable y otras veces aberrantemente caóticas; fundiendo su trama con historias alternas, comics dentro del comic, y documentos al final de cada capítulo en los que construye un fondo temático mucho más sólido y plausible. Watchmen nos sumerge en planteamientos morales dignos de ser abarcados por cualquier gran filósofo, situaciones dramáticas que dejan a los personajes al desnudo piscológicamente, arrastrándolos lentamente hacia una incertidumbre de la que puede pender el destino de la humanidad. Esta pieza nos presenta, sencillamente, una visión del mundo de los superhéroes alejadísima de la visión que el público general tiene del mismo. Intrigante y culta, Watchmen es una novela que debería ser lectura obligatoria para cualquier estudioso de las bellas letras. 

Si el mundo fuera justo, Alan Moore estaría en los estantes de las librerías donde en este momento está Dan Brown. 

  Epílogo: Watchmen es ahora una película dirigida por Zack Snyder (300, Dawn of the Dead) que se estrenará en Marzo de este año. La espero ansisamente, espero que Snyder haya aplicado para esta obra la misma visión e ingenio que demostró con los espartanos de Frank Miller; pues como cualquiera que haya leído a Moore sabrá, sus historias no son nada fáciles de realizar. Espero que le hagan justicia a Watchmen y todos puedan compartir la genialidad de éste brillante escritor que ha impactado el mundo de los comics y la literatura como hace mucho nadie lo hacía. (Sí, mi post fue increíblemente geek, pero espero que ud. apreciable lector haya disfrutado leerlo tanto como yo disfruté escribirlo)

Bien por el buen arte y los buenos artistas. Keep 'em coming. 

domingo, 18 de enero de 2009

Derrota de la Creatividad

   Una de las actividades más ricas dentro del mundo del arte es sin duda alguna el análisis, pues siempre representa un enorme reto intelectual. Criticar una obra implica indagar a fondo en muchas circunstancias en torno a la misma con la finalidad de darle una lectura seria, creativa y basada en un discurso. Existen modelos de análisis para cada disciplina, paradigmas de acercamiento a la obra dirigidos a diletantes (ver el Modelo de Broadbent en arquitectura) que sintetizan una serie de puntos a tocar si lo que se pretende es hacer una crítica seria. Contrario a la creencia popular, me gusta o no me gusta no constituyen crítica ni análisis alguno y carecen por completo de valor teórico. Siguiendo esta tónica, existen muchísimos artistas amateurs con obras cuanto más intrascendentes que toman como bandera un desprecio por la crítica y discusión teórica / dependencia total de la audiencia para justificar producciones que no tienen valor alguno (ni en forma, fondo y discurso). Adentrémonos un poco en este tema.

   Para ilustrar el punto de hoy voy a partir de un ejemplo: Eraserhead (David Lynch, 1977), opera prima de uno de los cineastas más frecuentemente imitados por primerizos a lo largo y ancho del mundo. Esta película en blanco y negro es una de las mejores obras del cine surrelista, y es precisamente por eso que la he escogido en esta ocasión. Eraserhead es una obra eminentemente simbólica que ilustra un cierto estado de ánimo, muy puntual y conciso. La obra en su totalidad puede analizarse en base a ciertos criterios estéticos, técnicos y teóricos propios del género; como puede hacerse también con las obras de Dalí, Artaud o Jodorowsky. ¿Qué tienen todos ellos en común? que suelen ser criticados con las palabras fumado, loquísimo y debraye. El surrealismo, junto con otros movimientos del modernismo (cubismo, futurismo, etc), se presta mucho a ser objeto de las críticas e imitaciones más vacías, superficiales y sosas. Donde hay una profundidad de pensamiento muy notable, una razón de ser para cada objeto y movimiento de cámara, un fundamento para cada escena; el pequeño artista democrático ve imágenes inconexas, ideas aleatorias y escenas fruto de un viaje con drogas; él no ve en ningún momento técnica o discurso, construye en su cabecita la equivocadísima idea de que cualquier tontería, cualquier pensamiento inconexo puede alcanzar una categoría de valor estético. El pequeño artista democrático, tolerante y firme defensor del todo es arte, no puede comprender que no se trata de algo fumado: se trata de algo que simplemente se encuentra fuera de su esfera intelectual. Por eso existen tantos imitadores de Lynch, Dalí, Artaud, Bukowski y Picasso; por eso hay tan pocos imitadores de Fellini, Bourguerau, Sorolla, Whitman y Mahler. Entramos aquí a un terreno del que mucho intentó advertirnos Cervantes en su Quijote: el peligro de la simulación

   Vámonos a un ejemplo contrario. La blogósfera está inhundada de pequeños artistas democráticos, seres tediosos e insufriblemente adolescentes, entre las cuales se encuentra la autora del fragmento que citaré a continuación (tal vez algunos reconozcan su muy capilar estilo, por no decir epidérmico): 

"Con esto quiero decir que no estudio ni trabajo y que me recuesto en mi cama por horas pensando en conejos verdes que saltan sobre llamaradas de fuego mientras cantan el himno nacional. "

   Este pequeño fragmento, querdios lectores, ilustra con toda pulcritud mi punto (no es una obra, pero si un digno representante del contenido general). He aquí la derrota de la creatividad, aplastada por la simulación disfrazada de contenido. He aquí el atole con el dedo para las masas, donde no existe de ninguna manera la creatividad de un surrealismo de Artaud o el non-sense de Carroll. Simples y vagas ideas tontas, inconexas, simplonas y muy naive. No existe nada importante que analizar, como es el caso del resto de lo que ésta chica hace, típica opositora de la intelectualidad, la cultura, el conocimiento estético y la realización técnica. De esos pequeños artistas democráticos que ven arte en colillas de cigarro. 

   El buen arte, amigos míos, es aquel en el que puede descifrarse un mensaje claro, una idea, un sentimiento; aquel que es sujeto, concientemente, de la labor crítica-teórica. El arte de engaño, el arte-sin-arte, es aquel que bajo ninguna circunstancia debe ser criticado, el que se siente libre por no ser claro, el que depende completamente de la aceptación de la masa, el arte hijo del me gusta, del estás bien loca, del "me se pésimo escritor pero me mantengo en la liga". 
   
   Así como no permitimos que los políticos, figuras públicas y pseudocientíficos nos mientan, tampoco debemos permitir que los pequeños artistas nos engañen: no, no cualquier cosa es arte. Debemos aprender a ser más críticos, más analíticos y no aceptar cualquier cosa autoimpuesta. Hay que abandonar el tic de morsas que aplauden cuanto se les pare en frente por decir tonterías que, al no ser capaces de analizar, tachan de inteligentes. Aunque los pequeños artistas democráticos así lo afirmen como mecanismo de defensa, la inteligencia, el pensamiento y el virtuosismo no son despreciables.

FIN

Jajaja, pasando a otras cosas, les platico que estoy muy emocionado porque mi cuento Weeping Walls será llevado a un cortometraje y, como buen entusiasta cinéfilo que soy, lo espero con ansias locas.